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miércoles, 18 de abril de 2012

Táctica, estrategia...


A veces se aspira a lo táctico.                                           
Otras a lo estratégico.                                                            A que los elementos que lo distingan sean finos.
Menos detectables que la disposición táctica.
Pero a veces no hay sistema.
Porque el sistema son todos los sistemas.                                      Porque el equipo maneja la variedad.
Y es capaz de ejecutar los diferentes proyectos.
Porque la identidad no es un dibujo.
Es un orden.
Es entender la necesidad del momento.
Basándose en varios puntos.
La longitud del equipo.
La velocidad en las transiciones.
Cuando hay que salir a buscar el partido.
O cuando hay que esperar.
El equipo tiene que saber cómo asumir el protagonismo.
Moldear la defensa según el ataque rival parece obvio.
Trabajar el ataque acorde a la defensa contraria es lógico.
Plantar un medio combativo y con salida rápida suena repetitivo.
Siempre que no modifique tanto la forma de jugar...
Y en tanto no condicione la elección del propio modo de ser. 
Jugar bien con todos los sistemas es posible.
O como mínimo un anhelo demasiado ambicioso para cualquier equipo.
Pero se puede...

Porque se puede, la bocha, el sentir y el destino me dirán que debo escribir en “cara-libro” la próxima...