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jueves, 12 de abril de 2012

12...

No digan que este día 12 del año 12, no les avisé...
Pero quiero aclarar hoy algo de este número.
En el año de los Juegos Olímpicos.
En el que dicen, año del fin del Mundo.
En el año del Bicentenario.
En un año más de doce meses, obvio...
Están las doce ilusiones litorales.
Y después de muchos años, doce esperanzas rosarinas.
¡¡¡12!!!
¡¡¡DOCE!!!
No le damos a este número el valor que tiene.
No se lo reconocemos...
Si bien a diario se viven los dos pares de doce horas.
Aunque los estudiosos hablen que el doce representa al magnesio como número atómico.
Sabiendo que la Luna gira anualmente doce veces alrededor de la Tierra.
Pes
e a que los antiguos astrónomos establecieron como doce los signos zodiacales.
El número 12 es uno de los principales números utilizados en la historia de la humanidad.
Pero...
Nosotros sabemos muy bien que la fuerza del doce es otra.
Tan o mas importante que las citadas por especialistas.
Y más allá de la útil realidad de los casos mencionados.
Cuando hay once personas en una cancha peleando por torcer el resultado o por aguantar como sea esa ventaja...
Es cuando aparece la figura número doce.
Esa fuerza que no se ve dentro de la cancha.
Pero que lleva a estirarse mas.
A correr todas y cada una.
A dejar la vida.
ESE ES EL DOCE DE MAS RECONOCIMIENTO...
El doce que no se ve, pero se siente como ninguno.
Es esa persona que desde el costado te guía.
Es ese DT que tiene un doce inmenso en la espalda...

Los 12 DT, los 12 equipos, la bocha, el sentir y el destino me dirán que debo escribir en “cara-libro” la próxima...